Mindfulness y el chisme de la IA

¡Sí! Porque, al fin y al cabo, es solo una maquinita, nada más. Esta podría ser una buena premisa para no dejarnos intimidar. 
Cuando allá por 1996, en sus primeros días, enseñaba internet a decenas de profesionales y empresarios, dedicaba una hora introductoria a la teoría y nada más. Lo importante era hacerles explorar las potencialidades de internet: navegar, comunicarse, buscar y encontrar, el correo electrónico, el FTP, etc. La teoría, en todo caso, se construía a partir del uso práctico de la herramienta.

A menudo, al día siguiente de nuestros encuentros, los alumnos me confesaban con frustración que habían pasado gran parte de la noche buscando en internet, sin lograr encontrar lo que querían. Lo mismo me parece que, aunque de manera distinta, sucede hoy con la IA cada día.
Dejemos por un momento de lado las consideraciones abstractas y enfoquémonos en su uso e integración en los procesos laborales. Y aquí es donde entra en juego la disciplina mental y el mindfulness.

Permíteme explicarlo mejor: llevo casi dos años utilizando diariamente tres tipos diferentes de IA en mis actividades profesionales, ya sea para crear videos, corregir o traducir textos, planificar proyectos, crear algo nuevo o redactar una carta burocrática. Es un poco como tener colaboradores a tu disposición, con la diferencia de que, cuando la IA está bien entrenada, rara vez comete errores.
La gran diferencia entre internet y la IA es que, en la primera, la interacción solo existe si al otro lado hay un ser humano (correo electrónico, chat o incluso las páginas web diseñadas por alguien), mientras que la IA reacciona por sí misma, solo necesitas indicarle lo que quieres. Claro está, fue entrenada y programada previamente, aunque con una lógica basada en las grandes universidades y élites globales.

Aquí es donde entra en juego la atención plena. Antes de dar instrucciones a la IA, debemos tener claro lo que queremos, tal vez anotando un esquema en una hoja de papel. Luego, redactaremos o dictaremos las instrucciones poco a poco, para después redefinirlas en función de las respuestas. Siempre manteniendo el máximo enfoque en las respuestas, que a menudo seguirán la lógica de la IA y no la nuestra. Con el tiempo, incluso podrías entrenarla para que respete tus ideas.

El ejemplo anterior representa solo una situación típica básica, pero en otros casos, la situación será mucho más compleja. En cualquier caso, siempre requerirá una resiliencia y concentración que muchas veces son nuevas en nuestro recorrido humano y profesional.

Por todas estas razones y más, el mindfulness se convierte en una herramienta necesaria para afrontar positivamente los nuevos desafíos laborales en la era de la IA. A través de siete video tutoriales gratuitos, realizados en colaboración con la IA, los participantes podrán desarrollar estas competencias esenciales. Los tutoriales están diseñados para mejorar el bienestar emocional y prepararte para el entorno laboral actual, donde habilidades como la confianza en uno mismo y la atención plena son fundamentales. La combinación de resiliencia y competencias profesionales crea una base sólida para que las personas puedan enfrentar los desafíos de la inteligencia artificial con autoconciencia y eficacia.